De Toronto me mandan una curiosa entrevista a un conocido catedrático de Derecho y escritor en homenaje a su jubilación. Hace mención entre otros aspectos a su exitosa vida laboral y a su negativa experiencia con la informática que le ha dejado mal sabor de boca, aunque reconoce que le ha sido de gran utilidad a pesar de sus limitaciones, de los muchos cursillos y libros para aprovechar este importante avance tecnológico. Su conclusión es que no le sacó pleno provecho, pues se inició de mayor. Considera que es uno de los progresos más importantes de la civilización.
Al jubilarse tuvo la sensación de que sus éxitos profesionales quedaron velados por sus limitaciones en el uso de las nuevas tecnologías. Pero se siente sorprendido desde que ya no está en la universidad y tiene todo el tiempo para su vocación favorita que es escribir, pues su nieto, que le visita a menudo y domina la informática, le aclara las dudas que le plantea con gran sencillez y paciencia, lo que ha ampliado sus conocimientos y puede resolver muchos de los problemas y dudas que antes le impedían emprender proyectos por falta de dominio de la informática, pues le ha perdido el miedo al ordenador y al móvil.
Le plantea sus dudas a su nieto que no necesita mayores explicaciones para entenderle a pesar de su limitación terminológica, pues intuye lo que quiere que le explique. El aitona asume ahora en sus charlas con su nieto que las personas mayores tienen capacidad limitada para captar explicaciones en terminología técnica y que le provocan las dudas que tiene. Reconoce que ese fue su error cuando era profesor en la universidad: exponía lecciones magistrales a las que los alumnos no se mostraban interesados, pero las dudas que le planteaban las dejaba para que se las resolvieran los profesores auxiliares. Su nieto le ha reconciliado con la informática como usuario. Ahora ambos charlan de informática y el nieto le ha dado la sorpresa de que piensa estudiar Derecho. La entrevista finalizó con un reproche sobre las carencias de la enseñanza en la universidad en el sentido de que toda la juventud desea ir a la universidad y se pregunta quiénes serán los que realicen los trabajos y servicios manuales en las fábricas, transportes y agricultura.