El 4 de febrero se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer, una fecha para reflexionar sobre una enfermedad que ha acompañado a la humanidad desde la antigüedad. Registros egipcios de hace más de 4.000 años ya describían tumores, y fue Hipócrates quien acuñó el término karkinos, comparando su forma con la de un cangrejo.
Durante siglos, el cáncer fue un enigma indescifrable. No fue hasta el siglo XIX, con el desarrollo de la anatomía patológica, que comenzó a entenderse su naturaleza. En el siglo XX, avances como la quimioterapia, la radioterapia y la cirugía oncológica transformaron el panorama, aumentando la esperanza de vida de millones de personas. Hoy, la inmunoterapia y la medicina de precisión abren nuevas esperanzas. Sin embargo, más allá de la ciencia, el cáncer sigue siendo una batalla personal y colectiva. La prevención, el acceso a tratamientos y el apoyo a pacientes y familias son desafíos que nos conciernen a todos. Con investigación y solidaridad, ayudados de financiación, podemos cambiar la historia de esta enfermedad y avanzar hacia un futuro donde el cáncer deje de ser una sentencia.