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4 minutos

4 minutosPixabay

En una era donde las pantallas dominan nuestra atención, resulta revelador recordar el experimento del psicólogo Arthur Aron, profesor de la Universidad de Stony Brook en Nueva York. Hace más de dos décadas, Aron demostró que mantener el contacto visual entre dos personas durante cuatro minutos podía aumentar significativamente la intimidad y la conexión entre ellas.

Este hallazgo nos invita a reflexionar sobre cómo pequeñas acciones pueden fortalecer nuestros lazos humanos. Si dedicáramos solo cuatro minutos a mirar a los ojos a quienes nos rodean en lugar de centrarnos en nuestros dispositivos móviles, podríamos fomentar una sociedad más empática y cohesionada.

Imaginemos aplicar esta práctica en espacios públicos, como el transporte colectivo. En lugar de aislarnos tras una pantalla, podríamos aprovechar esos momentos para conectar con otros pasajeros, humanizando nuestras rutinas diarias.

Reducir el tiempo que pasamos mirando nuestros móviles y aumentar el contacto visual consciente podría ser un paso sencillo pero poderoso hacia una comunidad más unida y comprensiva.

¿Quién se atreve a este desafío de mirar a los ojos de un desconocido?