Leí con interés el reportaje de Jesús Morales sobre los casos criminales irresueltos en Navarra. Sin recuerdo, no cabe solución posible en un futuro. Lo que supone, más allá de una herida abierta para los afectados, todo un fracaso social y una desautorización del aparato investigador judicial.

Francisco Javier Biurrun

Al término del reportaje, observé que no agotaba la nómina de crímenes irresueltos, quizás tampoco esa era su pretensión. Por mi parte, puedo aportar un caso sobre el que se escribió mucho, con una notable repercusión estatal, pero que se acabó cerrando en falso. Se trata del perpetrado contra Francisco Javier Biurrun.

Francisco Javier Biurrun

Francisco Javier Biurrun

Una bomba en 1987

Lo recuerdo: una bomba remitida por una agencia de paquetería acabó con su vida, causando heridas a ocho personas, varias de ellas graves, y acabó con su negocio. Ocurrió el 27 de enero de 1987 en una de las principales vías de entrada-salida de Pamplona, la avenida de Zaragoza.

La prescripción del crimen no debería impedir cualquier otro tipo de investigación o información, también periodística o de agentes o ciudadanos con algún conocimiento de los hechos. Más importante que los efectos penales son los derivados del desvelamiento de sus autores y móviles.