Ellos vierten mierda, ¿nosotros amén?
A menudo llueve. Y lluvia significa mierda. En el valle de Imotz y aguas abajo llevamos décadas sufriendo la mala gestión de los purines de la Cooperativa Agropecuaria San Miguel de Oskotz. La primavera pasada, en cuanto llovía un poco, la balsa de purines, que al parecer no había sido vaciada durante el verano, se sobraba, cayendo el purín en numerosas ocasiones por la ladera y llegando hasta el río Imotz. Pero esto no sucede solo cuando llueve.
Porque cuando no llueve, se rompe una tubería de purín, o este se deposita de manera masiva en los campos aledaños a la granja completamente quemados. Como este fin de mes, que ha habido nuevamente una aparente rotura de una hidrante. Qué casualidad, justo antes de las vacaciones de agosto. Y aunque se denuncie, todo queda en agua de borrajas. Y no es la única granja. Esta es una práctica habitual: sobreproducción de leche de unas vacas hacinadas y unos campos, ríos, acuíferos contaminados por purines.
Una indefensión total. Y la planta biometanizadora proyectada para Oskotz no va a solucionar el problema, aunque se venda como la panacea. La solución sería pastorear a las vacas, porque los prados de Imotz están vacíos, pero llenos de mierda.
Firman este artículo: Julia Marina Goñi Montero, Mikel Lara Delgado, Oihana Fernández Iturri, Laura Martinena Espinal, Cristina Megia Rodríguez, Javier Sarasa Erice