El pasado día 27 de junio de 2025 compré un armario incluyendo el servicio de montaje en Ikea (Pamplona) que supe que correspondía a la empresa de montaje Taskrabbit.
El ensamblaje del mueble se debía realizar en una vivienda situada a 45 kilómetros del lugar de compra y de mi domicilio habitual, Villava-Atarrabia. Con Ikea se fijó como fecha para el montador el pasado 30 de junio –por cierto con un amplio margen horario– pero ese día no apareció nadie en toda la mañana. Contacté con firma sueca y me dieron una nueva fecha para el 7 de julio, sí, para el 7 de julio.
En esta segunda cita y para mi sorpresa tampoco vino nadie a montar el mueble que yo misma había trasladado. Sorprendentemente me dieron una tercera cita para el día 11, que quedó una vez más sin atender y sin recibir ninguna llamada explicativa. Ante la nueva queja se pospuso una vez más el montaje para el día 14, volví a trasladarme a mi segunda vivienda y, de nuevo, me volvieron a dejar en la estacada. Contacté de nuevo con Ikea y me cambiaron de empresa de montaje, me dieron una quinta cita para el día 18 de julio, con el mismo resultado y sin ningún aviso.
Manifiesto a través de esta carta mi queja por todos los perjuicios ocasionados, lo que incluye haberme desplazado 100 kilómetros diarios sin conocer a día de hoy las razones por las que no se ha podido atender este servicio, lo que considero una falta absoluta de formalidad y de profesionalidad. Me he sentido un juguete en sus manos, he devuelto la compra efectuada alegando el incumplimiento del servicio contratado. Solicito, además, una indemnización a la empresa por todos los gastos ocasionados.