Entiendo que el polémico doble sentido del anuncio de American Eagle haya dividido Internet. Sin embargo, se ha generado tal bola de nieve en avalancha descendente, que lo que empezó como una sorprendente campaña de publicidad acabó siendo un sinsentido humorístico, hasta desembocar en un apaleamiento virtual sin sentido contra la actriz americana. Una vez pasada de moda la avalancha de nieve azul (seguramente eclipsada por el compromiso de Taylor Swift y Travis Kelce), recuerdo con ternura cuando leí que todo era culpa del presidente de EEUU, que Sydney Sweeney no tiene buen cuerpo (todo eso expresado por gente que dice no ser envidiosa), o incluso –la que se lleva el oro– que el anuncio es racista.
Y yo me sigo preguntando: ¿Por qué un anuncio es racista cuando lo protagoniza una persona blanca? ¿Y por qué no lo es si en su momento fue alguien de color quien lo protagonizó? Recordemos que opinar lleva a la crítica, la crítica a las avalanchas grupales, y estas a los sinsentidos. Opinar por redes no tiene coste, pero leer los sinsentidos, te digo yo, que no tiene precio. Una vez pasada la tormenta, dejo mi opinión: alguien que no tiene ni sus genes, ni sus jeans.