Si alguna conclusión se puede sacar del paso de la Vuelta Ciclista por nuestra tierra es que, por encima de cualquier otra consideración, ha triunfado la solidaridad. La solidaridad de nuestro pueblo hacia ese otro pueblo, el palestino, al cual lo llevamos en nuestro corazón y lo sentimos muy próximo, a pesar de los miles de kilómetros que nos puedan separar. Se suele decir que quien sufre, o ha sufrido, la opresión es, con frecuencia, quien mejor comprende a aquellas otras personas, colectivos o pueblos que están siendo oprimidos o masacrados. Por mucho que se hayan querido minimizar, por parte de determinados medios de comunicación, las protestas que ha suscitado la participación del equipo israelí Premier Tech en la Vuelta Ciclista, es incuestionable que miles de personas se han lanzado a las calles, en Euskal Herria, para condenar el genocidio al que se está viendo sometido el pueblo palestino.
Esos miles de personas resultan, obviamente, incómodas para el poder establecido. Para un poder que trata, sistemáticamente, de ignorar o de descalificar las protestas de la ciudadanía. Pero por mucho que les pese a algunos, todas esas personas que han salido a las calles, y que han logrado alterar el discurrir de la Vuelta Ciclista, han demostrado que el verdadero poder, el poder con mayúsculas, reside en el pueblo. Algo que se hace patente cuando los ciudadanos adquieren la fuerza suficiente para “desmarcarse del rebaño”, recuperar el criterio propio, cuestionar “la versión oficial” y movilizarse de forma organizada. Euskal Herria ha puesto de manifiesto que es un pueblo solidario que siente como algo muy suyo el sufrimiento del pueblo palestino. El pueblo palestino, en particular, y todos los pueblos, en general, deberían de poder elegir libremente su destino. Ese es un derecho por el que hay que seguir luchando para que se convierta en una realidad tanto en Palestina, como en Euskal Herria y, en general, en todos aquellos lugares en los que, al menos, una parte de sus habitantes quiera ejercitar un derecho tan legítimo como es el derecho a la autodeterminación. Gora herri askeak! ¡Vivan los pueblos libres!