Cenizas en los campos quedaron de las antaño alegres selvas por donde trotaba el cervatillo, ahora chamuscado. Los bosques gallegos ardieron como nunca junto a leoneses o castellanos, la gran mayoría de los incendios son provocados, pero desde hace décadas no parece que aprendamos, las causas que animan a prender fuego siguen vivas... A veces la necesidad de procurarse trabajo apagándolo contribuye a provocarlos, cuando el puesto no es fijo. Disminución de medios, aumento de las temperaturas, inutilidad de los gobiernos, una vez más. La ineficiencia nos sacude y lo vemos con las catástrofes, la del agua, como sucedió con las inundaciones en Valencia, la del fuego, la natura incendiada y convertida en toneladas de humo que suben a la atmósfera y nos sofocan sonrojándonos. ¡Qué estúpida la humanidad se muestra!
Si observamos cómo trepan los ineptos a lo más alto de nuestras instituciones no dejaremos de ofendernos, y con buenas razones para indignarnos. Los partidos deberían poner filtros para que no asciendan los más necios y canallas, seleccionando a los mejores, en vez de a los peores, aunque estos sepan hacer mejor las zancadillas a estos y aquellos. Rousseau hablaba de la democracia representativa como la elección de una “aristocracia electiva”, que ahora en demasiados casos deviene una “canalla elegida”, elegidos porque no nos dan otra opción. Los escándalos que han producido tantos mentecatos que falsificaron sus títulos académicos para llegar a lo alto no son sino otras muestras del terrible fraude democrático que sufrimos, todos. De unos partidos u otros.
Las vacaciones de estos ineptos, nuestros gobernantes, con aparatosas estancias, como el presidente del gobierno en La Mareta, pagados con nuestros impuestos, resultan detestables. Normal es que también descansen y puedan rodearse de sus amigos, pero duele cuando cada vez más familias españolas no pueden pagarse un veraneo fuera de su casa. Antaño se salía casi un mes, luego se pasó a dos, una semana. Ahora hay muchos que no pudieron salir a cambiar de ambiente y se quedaron en casa. En Italia también sucede lo mismo y actualmente es común salir solo algún fin de semana de holganza... La clase media en Occidente sigue derrumbándose, mientras emergen con poderío nuevas clases acomodadas en India o China y en otros países emergentes. Hacia allá llevaron nuestras industrias con la globalización económica, que hizo enriquecerse sobre todo a las grandes empresas, mientras demolían las prósperas fábricas de tejidos y otros productos en Europa... Lo pagamos ahora, lo seguiremos pagando si no hay políticos de un nivel correcto, adecuado.
Llegó el retorno, pero vuelven manchados por el desdoro, por la corrosión de ser un grupo, no de los mejores, sino más bien los peores, según al pueblo le parece, que les odia. Nunca vi tanto desprecio por los gobernantes y sus adláteres. Tendrán que hacer sus deberes.
Catedrático de Estética y Teoría de las Artes. Universidad Carlos III de Madrid