Gaza en nuestro corazón
Sois otro yo, otro nosotros de tez más morena, de mirada más cansada, de historia con más llaga. El machacón estruendo en la ciudad acorralada, mueve más que nuestras alisadas cortinas. Vuestra media luna verde, también vuestra estrella azul son en medio de nuestro firmamento. Nuestra piel, no digamos nuestro corazón, alcanzan vuestras sufridas costas.
Los tanques rallan en realidad el asfalto de nuestras calles, disparan contra nuestros muros, frente a nuestros hospitales y guarderías. Las bombas y misiles estallan en realidad a nuestra vera.
El carro blindado no arrase, no descargue. El niño duerma. La madre respire. La bandera blanca engalane algún esqueleto de ladrillo y su azotea esperanzada.
El viento vuelva a soplar cálido y el mar a cantar suave. La Estrella de David detenga su injustificable barbarie. Ni un pequeño más amputado de su aliento. La marea verde desista en su venganza. Asalto sólo al abuso y el desatino, embate a las almenas del despropósito, invasión sólo a las guarniciones del odio.
El horror quede para siempre atrás... Un sitio para todos bajo el Sol, una patria, un Estado libre para los unos, otro de generosos limoneros y verdes oasis también para los otros.
¡Paz ahora y siempre en Tierra Santa!