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Derecho a la pereza

Derecho a la perezaPIXABAY

En estos tiempos que vivimos en los que (casi) todo es ipso facto, la verdad es que llevo una semana tratando de asimilar un concepto que escuché el domingo pasado en un telediario. Lo primero que me vino a la cabeza es qué hubiera pensado mi padre de haberla escuchado. Lo del abuelo hubiera sido para no echar gota. El caso es que la periodista en cuestión presentó una noticia que involucraba a la llamada Generación Z, para que se hagan una idea, “jóvenes que hoy tienen veintitantos años” -dijo. Y cerró la presentación con el problema que estaban suponiendo para las empresas. 

Y ahí llegó el palabro. Según parece un porcentaje de ese sector poblacional están reivindicando o pidiendo tener “derecho a la pereza” (título de un ensayo de 1883) y a la “microjubilación”. Vamos, que sus prioridades o necesidades, lejos de unas condiciones dignas, fiables y duraderas de trabajo, pasan por experiencias a disfrutar en cada momento y exprimir el limón 24/7.

Decía que me vino mi padre a la cabeza porque a aquellas generaciones (nacidos en 1941) les transmitieron el trabajo como algo digno, que les haría “hombres de bien” y para toda la vida. La vida era el trabajo y poco menos que “a más se trabajase, mejor era la vida”. El tajo que no faltara. Pocas personas se planteaban cambiar de oficio a mitad de su vida laboral. Ellos nos transmitieron las categorizaciones de “vago”, “gandul” o “maltrabaja” para gente que podría resultar incluso poco fiable. ¿Y si el hijo no quería estudiar?: pues “conmigo a la obra, a la fábrica o a las ovejas”. No había otra.

Que los tiempos han cambiado está claro y ahora se busca trabajar para vivir, lo cual no conlleva trabajar poco y mal. He de reconocer que cuando yo tenía veintitantos también busqué incesantemente el botón que resolviera mi demanda de vivir sin trabajar, pero, a la postre, asumí/acepté/comprendí, me desengañé que de algo había que trabajar proviniendo (y muy probablemente para no dejar de ser), en mi caso, clase trabajadora. En cada vez más sectores laborales hay problemas para encontrar personal. Muchas veces, también, las condiciones laborales son las que son. Los relevos generacionales en picado. Pues nada, a verlas venir. De momento, a seguir dándole.