Eutanasia
Quienes hayáis leído el título del texto ya sabéis de quién hablo.
Mi madre decidió morir el 19 de septiembre, tras una enfermedad neurodegenerativa que no tenía tratamiento. Se despidió de este mundo cuando aún mantenía una sonrisa y la valentía para afrontar esta decisión con determinación y fuerza.
Mi madre, la más valiente de todas. Mi apoyo, mi sostén, mi hombro, mi abrazo, mi yo, mi brújula, mi fiel compañera.
Quiero regalar y compartir con los lectores mis palabras de agradecimiento. Vamos por orden:
En primer lugar, a mi madre, que es y será mi madre.
En segundo lugar, estamos mi padre, hermana y yo, que a lo largo de estos tres años de enfermedad hemos vuelto a reunirnos y conectar.
En tercer lugar, a nuestro médico de cabecera, quien con tacto, delicadeza, respeto profundo y gran admiración hacia mi madre nos ha acompañado en este proceso a todos.
Gora gu ta gutarrak.