Como ciudadana de Pamplona, me gustaría expresar mi profunda indignación ante los graves incidentes y altercados vividos en nuestra ciudad, en la Universidad de Navarra el 30 de octubre de 2025. Los sucesos, protagonizados por grupos que quemaron contenedores, son absolutamente inaceptables y mancillan la imagen de convivencia y pluralidad que siempre ha caracterizado a la sociedad navarra.

Es lamentable cómo la visita que iba a hacer el youtuber Vito Quiles, conocido por sus posturas de extrema derecha, ha servido de impulsor para este estallido de violencia. La situación nos obliga a reflexionar sobre la peligrosa dinámica de confrontación que ciertos actores, a menudo amparados bajo el paraguas de supuestos debates.

La libertad de expresión es un derecho fundamental e irrenunciable, sí, pero es crucial diferenciar entre el legítimo debate de ideas y la promoción de un discurso de odio que busca el enfrentamiento como fin último. Cuando una figura mediática utiliza plataformas para difundir mensajes de marcado corte extremista, no está contribuyendo a un sano intercambio democrático, sino a sembrar la semilla del caos. 

El hecho de que la Universidad de Navarra se viera obligada a suspender las clases por motivos de seguridad es una clara muestra de la gravedad de lo ocurrido y de cómo el extremismo ha logrado paralizar la vida cotidiana.