Antenas en los campanarios

Alguien me contó hace poco que su abuela solía poner un vaso de agua al lado del aparato de radio, para que el hombre que por ella hablaba pudiera echar un trago.

La llegada de la radio a los hogares supuso un cambio fundamental en la vida de muchas familias. En los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, se pusieron en marcha en Navarra hasta quince pequeñas emisoras dirigidas por sacerdotes en diferentes localidades. Dos de ellas fueron la de Beruete (1955-1964) y la de Arantza (1965-1968), las primeras que comenzaron a emitir en euskera en nuestra Comunidad.

José Manuel Lasarte, oriundo de Larraun, puso en marcha la de Beruete: colocó la antena en el campanario y los aparatos de emisión en un locutorio habilitado en la sacristía. En aquella frecuencia se podía escuchar la misa, el rosario, discos dedicados, noticias de actualidad, avisos, música popular, bertsolaris… Lasarte fue un auténtico dinamizador de las diversas facetas de la cultura vasca. Antes de trasladarse a Leitza vendió el equipo al baztanés Esteban Irigoien, para que pusiera en marcha la emisora de Arantza. Esta funcionó durante tres años hasta que, después de sufrir varias denuncias y acusaciones, fuera clausurada por la Policía, a pesar de la gran aceptación que tenía entre los 800 vecinos de Arantza, y de contar con apoyos tan importantes como los de los diputados forales Miguel Javier Urmeneta y Amadeo Marco Ilincheta. Este último, que después llegaría a ser presidente de la Diputación Foral, fue quien proporcionó a Irigoien las sesenta mil pesetas que necesitaba para comprar los aparatos de emisión.

Han pasado los años y hoy en día son varias las emisoras que, recogiendo el testigo de aquellas, difunden sus emisiones en euskera día tras día. Una de ellas, la pamplonesa Euskalerria Irratia, cumplirá 21 años el sábado que viene. Ya sería mayor de edad incluso para Franco y, sin embargo, ahí sigue, sin permiso paterno para salir a la calle, esto es, sin una licencia que le permita trabajar con normalidad. Cuestión de prejuicios.