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Ya es Navidad (sólo) en el Corte Inglés

las trabajadoras del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) de Pamplona dicen que sus condiciones laborales empeoran, que ahora tienen menos tiempo para desplazamientos y que, al fin y al cabo, quienes pagan las consecuencias de las nuevas medidas son los 700 usuarios diarios de este servicio. El Ayuntamiento se lava las manos diciendo que la empresa gestora cumple todas las obligaciones recogidas en el pliego de condiciones de la adjudicación. A lo mejor lo que está mal es el pliego. No olvidemos que en este caso los usuarios son, en su mayoría, ancianos y enfermos con pocos recursos, esto es, los miembros más vulnerables de nuestra sociedad. Se trata de una materia extremadamente sensible. A veces, sin embargo, esta cuestión parece que queda al margen de la frialdad de la Administración.

En las docenas de misas a las que asistirán en Navidad muchos de nuestros gobernantes se hablará de paz y amor, del prójimo y de ayudar al que más lo necesite. Todo esto, sin embargo, no parece influir en su quehacer político. Muestra de ello es el modo que tienen de desentenderse de determinados servicios vía privatización o los recortes de algunas partidas sociales en los presupuestos, por no hablar del trato que reciben determinados colectivos no afectos a los poderes vigentes. ¿Se imaginan, por ejemplo, qué ocurriría si la Virgen, San José y el Niño viniesen hoy a nuestra pulcra Pamplona? Yo creo firmemente que, para empezar, les exigirían una fianza astronómica por el peligro que supone andar por ahí con un buey y una mula. A buen seguro, agentes de la Policía Municipal se personarían en el portal y los detendrían acusados de ocupación ilegal. Y no sería de extrañar que para terminar se les invitase a abandonar Navarra, poniéndoles en el bolsillo un billete de autobús para otra comunidad autónoma, todo ello con el objetivo de reducir el número de indigentes de nuestras impecables calles.

Parece que aquí, cada vez más, la Navidad que se lleva es la del Corte Inglés y la del Baltasar pintado.