Una de púlpitos
No sé si es que va poca gente a misa y la Iglesia busca nuevo público entre los usuarios de los medios de comunicación, o es que algunos altos cargos de esta institución sufren un auténtico problema de incontinencia verbal. Recordarán ustedes que el recién nombrado obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, afirmó hace unos días que "existen males mayores" que el que está sufriendo el pueblo de Haití tras el potente terremoto que asoló Puerto Príncipe. Según Munilla, "nuestra pobre situación espiritual y nuestra concepción materialista de la vida" son males peores por los que "deberíamos llorar". Ayer, día de San Sebastián, volvió a hablar de esta tragedia para decir que constituye "una llamada a despertar de nuestro letargo moral y espiritual", con lo que no me quedó muy claro si al final tenemos que llorar o dar gracias a Dios por el toque de atención. Pero Munilla no es el único en lanzar interpretaciones "peculiares" de esta catástrofe: un telepredicador norteamericano llamado Pat Robertson ha dado pie a una gran polémica al afirmar que todos los males que sufre Haití se deben a que sus habitantes han realizado un pacto con el diablo.
Sin tiempo para digerir todo esto nos ha llegado otro artículo de inspiración divina publicado, en este caso, por el arzobispo emérito Fernando Sebastián en una página web llamada Infocatólica. En él decía: "Esta cultura que exalta la sexualidad sin hijos y sin amor, y que favorece la anticoncepción y el aborto, es una cultura suicida". Y continuaba: "Dentro de muy pocos años, Alemania ya no tendrá alemanes, ni Francia tendrá franceses, ni España tendrá españoles. Los musulmanes están esperando que llegue el momento oportuno para hacerse dueños de nuestros países respectivos".
(Estas dos últimas frases ya no las busquen ustedes en esa página web porque monseñor las ha borrado. Si tienen interés consulten en el blog La caja debajo de la cama.)
¿Qué será lo siguiente? ¿Una llamada a la reconquista? Los púlpitos están cada vez más altos y más lejos.