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Mila esker Joxemiel, behin berriro

en estos tiempos que corren en los que tan necesitados estamos de materia gris, se nos acaba de ir toda una eminencia. Para serlo no hace falta tener muchos años, sino mucho talento, cualidad de la que gozaba a raudales Joxemiel Bidador.

Fueron muchas las ocasiones en las que recurrí a él en busca de ayuda a la hora de escribir artículos para la revista Ze Berri? También frecuentemente tuve la suerte de conversar con él en Euskalerria Irratia. Siempre estaba dispuesto a colaborar, y nos daba increíbles lecciones sobre escritores euskaldunes navarros olvidados a los que él había llegado leyendo y releyendo papeles viejos aquí y allá. Nos hablaba de la noche de San Juan, de los carnavales, de las danzas y de cómo habían sido prohibidas en otros tiempos. Nos contaba decenas de historias que había leído en libros raros y antiguos, de esos que tienen títulos kilométricos. Acudía fielmente a nuestras tertulias sanfermineras, en el Niza primero y en el Caballo Blanco después, y curiosamente, a la par que él siempre llegaban las rabas y los marianitos? y las risas.

La verdad es que hemos disfrutado con él y hemos aprendido mucho, muchísimo, porque era una autentica enciclopedia viviente. A mí, personalmente, me causaba tanta admiración como envidia. Su capacidad de trabajo era abrumadora. Invirtió miles de horas de estudio en archivos y bibliotecas. Información de todo tipo, datos, fechas, nombres... se iban almacenando en su prodigiosa mente conforme saltaban del papel a sus ojos. Su capacidad de comunicación, su oratoria y su facilidad para plasmar sus ideas por escrito eran también excepcionales. Y su euskera era preciso y precioso, trabajado artesanalmente, con mimo, palabra a palabra.

Sus trabajos, su recuerdo y su manera de entender la vida es lo que nos deja ahora en herencia. Un auténtico tesoro.

Mila esker Joxemiel, behin berriro, eta besarkada bat bihotz-bihotzez senitarteko eta adiskide guztiei.