Presidenta "floral"
Ayer Yolanda Barcina le pidió cordura al Parlamento "floral". Ya sé que queda un poco del estilo caca-pedo-culo-pis, reírse de este lapsus linguae de la presidenta, pero es inevitable y divertido porque es una señora muy muy seria. Lo que ya no hace tanta gracia es que pida a la sociedad que se olvide de utopías y se centre en la realidad para salir de la situación en la que nos encontramos, como si de una maldición bíblica se tratara, cuando precisamente es ahora cuando con más empeño deberíamos definir cuáles son nuestras metas y hacia dónde queremos dirigirnos como sociedad.
¿Queremos, por ejemplo, apostar por el futuro o preferimos seguir tapando baches quitándole el dinero a la educación, a quienes más lo necesitan, o a la investigación y catapultando a nuestros jóvenes al extranjero? En esta obra de teatro parece que nadie se sabe el guión. Van improvisando sobre la marcha. Lo que hasta hace cuatro días eran fantásticos proyectos e inversiones para Navarra, que atraerían turismo, inversiones, crearían empleo y no se sabe cuántas cosas más, como Senda Viva, el circuito de Los Arcos, el Navarra Arena o lo que fue el colegio de Lekaroz, ahora son inversiones dudosas.
Hasta la mismísima Institución Futuro sugiere que "en aquellas empresas que no parece que vayan a ser rentables en el medio plazo, se debería estudiar si producen otros beneficios no económicos que justifiquen el dinero que cuestan y costarán en el futuro" y hablan de "estrategias de desinversión".
A estas alturas parece que los únicos que tienen dudas al respecto son ellos, porque el resto de la ciudadanía lo tenemos bastante claro. Con todo esto, no es raro que Yolanda Barcina inspire ninguna o poca confianza en más del 77% de los navarros, como acaba de dar a conocer el CIS, y eso que todavía falta mucho por saber en torno a asuntos tan graves como el desvalijamiento de Caja Navarra.