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Gurs, el fuerte y la infamia

El sábado de la semana pasada tuve la suerte de que la Asociación de Familiares de Fusilados y Desaparecidos de Navarra me invitara a ir con ellos a Oloron y Gurs, es decir, al lugar donde estuvo el campo de concentración de Gurs. Aquí al lado como quien dice; tan cerca y a la vez tan lejos. Entre 1939 y 1945, en ese campo estuvieron prisioneras cerca de 64.000 personas, entre refugiados republicanos españoles, soldados del Ejército vasco, brigadistas, aviadores, judíos e indeseables, resistentes, maquis... y al final colaboracionistas y soldados alemanes.

En palabras del poeta Louis Aragon, Gurs es una extraña palabra como un sollozo que no llega a salir de la garganta. Para otros, un lugar siniestro, un nombre como un miasma. Para nosotros, un lugar que con la ayuda del más elemental relato, encoge el corazón y te aprieta la garganta: hambre, frío, enfermedades, malos tratos... Un relato es todos los relatos, como un asesinado representa a todos lo que lo fueron.

Después de su cierre fue reducido a cenizas en un intento de borrar las huellas, y más tarde plantado casi en toda su extensión: dos kilómetros de largo por quinientos metros de ancho. Un recuerdo sostenido por la alcaldía de Gurs y la asociación Terres de Mémoire(s) et de Luttes, unos memoriales, un cementerio y un bosque: más que suficiente.

Un bosque, el del olvido o el de la memoria, impenetrable o monumental, solemne como un templo o siniestro: eso depende de nosotros, de nuestra capacidad de empatía y sentido de la fraternidad. Un bosque tupido que, decía el alcalde Gurs, en invierno, por su extrema desolación, arranca lágrimas a los visitantes, ¿y en verano? Al fondo, los Pirineos, que para unos significaban la libertad y para otros la muerte.

Los detalles de la condiciones de vida en el campo abundan y son accesibles en la red. Las historias particulares también. Lo que cuenta es el recuerdo del dolor de los que allí vivieron y murieron, no siempre fácil de imaginar. Basta leer a Josu Chueca en Gurs. El campo vasco.

En el cementerio judío llama la atención la abundancia de lápidas con nombre de mujeres y sus fechas de nacimiento y muerte: ancianas muchas de ellas. Testimonio de las llamadas Las olvidadas: unas 5.000 mujeres alemanas, muchas de ellas judías, apresadas en Francia, en mayo de 1940, y recluidas en Gurs. Las olvidadas insisto, las olvidadas, los olvidados, aquí, allá, recordados contra viento y marea.

No creo que pueda olvidar las palabras vehementes y contagiosas del gran Raymond Villalba, hijo de exiliados que se conocieron en el campo. Villalba nos habló de los convoyes de la muerte rumbo a los campos de exterminio nazis y del dolor de aquellas personas que no pudieron regresar a su tierra, combatieron por la libertad y fueron silenciadas y, durante un tiempo, olvidadas. Ahora, casi como entonces. Olvidar, recordar, ¿repetir?

Hoy se va a conmemorar que hace 75 años se produjo en el fuerte de San Cristóbal una de las mayores fugas de prisioneros de la historia: 795 evadidos. La fuga fue un golpe contra el bando de los sublevados que le permitió cometer más de doscientos asesinatos sobre la marcha. Toda la ciudad sabía lo que pasaba allí arriba; tanto lo que había sucedido en 1934 como lo que pasaba en 1936, cuando el fuerte era sinónimo de muerte, de desapariciones o, cuando menos, de inquietud, como consta de manera documental. Al margen de que las condiciones de la prisión fueran espantosas: hambre, palizas, abusos, enfermedades, condiciones sanitarias deplorables..., los testimonio recogidos son concluyentes.

Solo cuatro de los fugados consiguieron llegar a Francia, los demás fueron capturados o ejecutados sobre la marcha. Una historia épica silenciada durante décadas y objeto de una tenaz labor de recuperación: Iñaki Alforja, Félix Sierra, Txinparta, Ezkieta ahora.

Pero tal vez lo más sangrante de esta historia es que setenta años después de ocurrido lo anterior, ese mismo día, 11 de mayo, que unos cuantos fuimos a Gurs, la delegada del Gobierno en Cataluña homenajeó a miembros supervivientes de la División Azul en instalaciones de la Guardia Civil. Las fotografías del acto muestran a gente vestida con uniformes cuya exhibición sería delito en cualquier país europeo. En este no.

En este, representantes del Gobierno del Partido Popular homenajean en instalaciones policiaco militares a excombatientes del Ejército nazi cuando todavía quedan nombres por rehabilitar, fosas comunes por abrir, archivos por lo mismo, por lo que de fosas tienen, cuando se lincha a un juez para que en la práctica no se puedan abrir todas las fosas, cuando la Falange tiene la desfachatez de querellarse contra un periodista que habla de su participación en la planificada represión de la retaguardia... ¿Y esto es legal? Bochornoso.

El hecho no tiene otra compostura que la habitual: la mentira oficial, la arrogancia, la zafiedad uniformada. La aberración es tal que no cabe comentario alguno o no otro que el de que son no ya nuestros adversarios políticos sino nuestros enemigos. Homenajear a un nazi es homenajearlos a todos, es justificar y aplaudir los antecedentes y las consecuencias de hechos como los que condujeron a Gurs, a San Cristóbal, a las cunetas y a los campos de exterminio. Ese homenaje de intención ofensiva convierte en papel mojado la Ley de la Memoria Histórica, la deroga, hace burla de ella, es un agravio a lo muertos y a los vivos. Y nadie actúa, como no sea contra quien intenta defenderse de esa gente. Y da igual que esto encienda o deje de encender las redes sociales porque ni pasa nada ni va a pasar nada.

Conmemorar la fuga del fuerte, homenajear a los asesinados, aquí y fuera de aquí, a los desaparecidos y a los exiliados es un deber cívico más que un acto político, que también; es una afirmación de futuro: no pasarán... y un poco de poesía, de Luis Cernuda, exilado, muerto en el exilio, en "Recuérdalo tú y recuérdalo a otros": Que aquella causa aparezca perdida,/ nada importa;/ Que tantos otros, pretendiendo fe en ella/ solo atendieran a ellos mismos,/ importa menos./ Lo que importa y nos basta es la fe de uno.