"Nos han dejao solos a los de Corella?"
se ha puesto de moda estos días una página de Facebook que se llama Pamplona es Mordor. Y es verdad. Esto es un lugar oscuro, tenebroso y frío, donde jamás se ve el sol y parece que el verano se ha pospuesto sine die, como el Museo de los Sanfermines. Aquí la tierra tiembla: hay terremotos cada dos por tres, se deslizan las laderas del pantano de Yesa, se agrietan las carreteras por toda la geografía foral, se derrumban los montes, se cierran los túneles de Belate? y las empresas. Y esto, como el Mordor original de ElSeñor de los Anillos, es también un reino del mal. Del mal Gobierno, sobre todo, pero también de malos malosos que se dedican a lucrarse como sea, con lo que sea, con quien sea y contra quien sea. Todo eso se intuye, pero no se logra ver porque se encargan muy bien de ocultarlo. Como los sobres marrones que le traía del Burgo a Calixto Ayesa de Madrid y se los daba en una cafetería y no a través de entidad bancaria porque aquí "todo el mundo se conoce". ¿Y qué? Si cobrar ese dinero del PP era tan lícito y tan normal ¿por qué tenían que ocultarlo?
En Mordor también hay secretos, traiciones y puñaladas traperas, pero no nos lo cuentan. En el asunto de Can, inagotable fuente de sorpresas, todas desagradables, por cierto, parece que estamos asistiendo al comienzo de un linchamiento: Roberto Jiménez, Iribas, Samuel Caro, García Adanero, Catalán y Javier Caballero en sus declaraciones como testigos quisieron dejar claro que ellos no sabían nada de la Junta Permanente con la que se estaban llenando los bolsillos Sanz, Barcina, Miranda y Maya, negando así lo que Sanz había dicho días antes. La estrategia parece clara: "Si se hunde Sanz que se hunda, Navarra-Mordor siempre p'alante". La respuesta ha sido inmediata y fulminante: la esposa y la hija del expresidente navarro ya son exafiliadas de UPN. Catalán pisoteado por Barcina y Sanz abandonado a su suerte. ¡Qué ambiente por Corella!