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Déjà vu parlamentario

Ya sé que me repito como el ajo, pero no tengo yo la culpa de que algunos estén empeñados en entrar en el libro Guinness de los récords como el gobierno más bruto a la hora de conceder una licencia a una emisora local de radio que además trabaja por difundir la lengua vernácula en situación de minorización lingüística.

Ayer el director de Euskalerria Irratia volvió de nuevo al Parlamento, esta vez para explicar que siguen esperando que el Gobierno cumpla con lo que han dictado los jueces. Ha pasado más de un año desde que el Supremo les ordenó repetir una parte del proceso del concurso para la adjudicación de licencias y ahí están. No hay resultados, no hay información, no hay prisa. 17 años han pasado desde que se hizo el concurso todavía por terminar y 27 en total desde que esta emisora comenzó su labor informativa en la comarca de Pamplona.

El Gobierno tiene la oportunidad para resolver de una vez por todas este asunto surrealista, pero no tiene ganas. Quizá estén dejando pasar el tiempo para que al final no sea un gobierno de UPN quien legalice Euskalerria Irratia. Esta obstinación irracional parece ya algo enfermizo. En psiquiatría seguro que tiene un nombre.

Entre tanto la emisora sigue llenando de euskera el cielo de Iruñerria a través de sus ondas y también las pantallas de los ordenadores, móviles y tablets con la nueva revista digital euskalerriairratia.eus que presentó en sociedad el viernes pasado.

En la sesión de ayer la mayoría parlamentaria mostró su apoyo a la emisora una vez más, mientras que la portavoz de UPN deseaba “buena suerte” a Euskal Irratia (ni el nombre saben).

No es cuestión de suerte, señora, sino de justicia.