El Ayuntamiento de Pamplona ha anunciado que convoca subvenciones destinadas a la participación de las peñas en las fiestas de San Fermín 2015. 81.750 euros a repartir entre todas para “fomentar el desarrollo de actividades que intensifiquen el ambiente festivo.” Imagino que las peñas intentarán intensificar el ambiente festivo con o sin subvenciones oficiales, pero bueno, si hay algo de dinerillo bienvenido sea. El Consistorio en esta convocatoria no especifica qué tipo de actividades son las que va a apoyar económicamente, pero lo que deja bien claro es cuáles quedan fuera de la convocatoria: todas las que incluyan, bien “originaria o sobrevenidamente”, actos de carácter político o reivindicativo, o las que el Ayuntamiento considere que han sido utilizadas por los participantes para estos fines. Tampoco tomarán en consideración aquellas que atenten contra la libertad de los ciudadanos, vulneren la Constitución o incumplan las Leyes. Vamos que todo lo que no le guste al Ayuntamiento, esto es, al partido o partidos políticos que gobiernen en ese momento, queda directamente fuera de juego. Y es más, si la subvención ya estuviese entregada podrían exigir que devolviesen el dinero y multar a la peña organizadora del acto.
Una vez más un intento desde el poder de ponerle puertas al campo. ¿Quién y cómo va a controlar que en plena vorágine sanferminera no haya ni una pegatina subversiva en una blusa, ni un pañuelico con logotipo de determinadas organizaciones, o que nadie diga en un momento grite lo que le dé la gana? ¿Qué pretenden, que los propios mozos y mozas de las peñas se conviertan en policías políticos por un puñado de euros?