Caronte first class
he visto en el periódico que la artista pamplonesa Laura Delgado muestra en la Torre de Olcoz su exposición Caronte. El precio entre la vida y la muerte, en la que captura a través de esculturas inquietantes algunos de los momentos reales y extremadamente dolorosos que vivieron los presos del fuerte de San Cristóbal. Sin duda será una experiencia impresionante, pero mucho más lo sería si la exposición se pudiera hacer en los tétricos restos del penal, que ahí sigue cerrado, vallado y abandonado. Su dueño, el Ministerio de Defensa, no muestra interés por hacer nada y del PSIS impulsado en su día por la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona para hacer un parque e incluso poner un teleférico desde Artica, parece que no cuajó y no se oye nada últimamente. Sería interesante que las nuevas instituciones navarras impulsaran la creación de un parque de la memoria, por ejemplo. Lo del teleférico se puede suprimir porque no hace ninguna falta.
Caronte, en la mitología griega, era el barquero de Hades, encargado de guiar a los difuntos del mundo al inframundo a través del río Aqueronte. Pero sólo transportaba a los que tenían una moneda en la boca. El resto tenían que esperar cien años hasta que los llevasen gratis. La propuesta de Laura Delgado es muy interesante. Dice que en la actualidad Caronte representa a la sociedad, que es quien decide lo que se hace con los asesinados durante la Guerra Civil. Si siguen en la cuneta o se les da sepultura dignamente. Esto se podría aplicar también a cualquier víctima del terrorismo. De cualquier terrorismo. De los pasados y los presentes. A las víctimas fallecidas y a las víctimas vivas. A las de todos los bandos políticos, de todas las armas y también a las víctimas de la miseria económica y de las guerras, a los esclavos, a los refugiados? Y está claro que algunos pretenden pagarles el billete en la barca de Caronte sólo a algunas víctimas y además en first class.