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El hilo

En mayo, Navarra volverá a tener puerto de mar, seco, pero puerto. En Tudela estará lo que podríamos definir como una antesala del puerto de Bilbao, donde se almacenarán y desde donde partirán miles de contenedores de mercancías. Desde que Hondarribia dejó de ser Navarra, la pretensión de tener una salida al mar no nos abandona y ha habido ideas realmente imaginativas al respecto, como la que tuvo Aniceto Petit, el conocido perrero de la Rotxapea que incluyó este punto en su programa cuando se presentó a las elecciones para concejal. Proponía traer un brazo de mar, con barcos y todo, desde Pasajes a la Rotxapea, donde se construiría un puerto marítimo. Además pretendía traer el pescado desde el Cantábrico directamente por tubería para que de esta forma los pamploneses dispusiesen de pescado fresco en inmejorables condiciones. Aunque a sus vecinos les hizo mucha gracia todo esto, no salió elegido.

Lo de ahora es más serio, claro. Se trata de una iniciativa empresarial que beneficiará sin duda a la Comunidad Foral, como le beneficiará también formar parte de la eurorregión de Aquitania-Euskadi-Navarra. Los lazos familiares, sociales, culturales, económicos? están ahí y hay que aprovecharlos. El pretender vivir de espaldas a esta realidad, como hacía el anterior régimen, es como intentar poner puertas al campo. Es algo que está ahí, intangible, inmaterial, pero omnipresente y profundo. Enraizado en no se sabe dónde, pero enraizado. Como el euskera, ese “hilo” que puede servir para tejer una tela “en Navarra y “en todas partes” porque como dijo ayer el escritor Bernardo Atxaga en el Planetario, la lengua puede “unir muchísimo”.