La que lo sigue...
?Lo consigue. No sabemos si fue en olor de multitudes o la cosa se parecía a una reunión de vecinos de portal. Las fotos publicadas no dan muchas pistas, menos aún las de la web oficial. Mas qué importa. Ana Beltrán es desde el sábado presidenta del PP navarro. No ha sido un camino de rosas. Sus propios compañeros no se lo han puesto fácil. Ni los de aquí ni los de allá. Ya antes había fracasado en el intento. Pero ya se sabe que no hay más que desear algo mucho, mucho, para lograrlo. Esta vez era la buena. Tenía las bendiciones de Madrid y no había otra candidatura. Tampoco le restemos méritos. Se lo ha currado. Su encendido verbo ha logrado sacar del coma a las alicaídas siglas de un PP foral que rozaba la marginalidad desde su ruptura con UPN. Ahora es ella la que marca doctrina y son los regionalistas los que andan a rebufo. Sus intervenciones simulan hostigar al Gobierno de Barkos, pero es a la oposición de Esparza a quien hace mella. Desde el comienzo de la legislatura el agoizko vive en un puro acojono a que la zaragozana le quite lo más montaraz de su parroquia. A cada pregunta o moción parlamentaria que Beltrán presenta, responde Esparza con otra de igual tema y similares características. Cada salida de tono de la portavoz popular, provoca una mayor en las filas foralistas. Y el centro, ese centro del que presumía UPN, cada vez más lejos. El sábado, ante su vicesecretario sectorial, Javier Maroto, Beltrán se creció, como el chavalote de 3ª regional ante un ojeador del Barcelona. No dijo nada nuevo, pero lo dijo todo junto. Seguro que el vitoriano se volvió a Madrid impresionado con la líder que dejan en Pamplona. Algún día la veremos presidiendo algún instituto oficial en la capital del reino. Todo un clásico en el PP foral. A mí me recuerda cada vez más a Marine le Pen. No sólo por el pelo.