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Crisis

Crisis en el paso del ecuador. Socios imprescindibles, rivales inevitables. La suma de Bildu (5), Geroa Bai (5), Aranzadi (3) e Izquierda-Ezkerra (1) arañó la mayoría absoluta (14) y trajo a Pamplona-Iruña un gobierno municipal de cambio. En el espíritu fundacional, mucho más que un cambio de gobierno. Alcaldía para Joseba Asiron y siete áreas municipales con su respectiva concejalía delegada: Bildu (4), Aranzadi (2), I-E (1). Geroa Bai prefirió quedarse fuera del reparto, aunque está en la Junta de Gobierno. Ahora rectifica. ¿Y eso? Que según la intención de voto, el socio nacionalista crece a su costa. Una cuota de poder te pone en el escaparate. La crisis saltó al público cuando Aranzadi e I-E denunciaron: falla “la visión colegiada” de cuatro grupos municipales “en igualdad de condiciones” para el cumplimiento de un acuerdo programático. “El rodillo de las mayorías (Bildu-GeBai)” zanja las faltas de consenso, lo que violenta la transversalidad en el desarrollo de proyectos estratégicos. La tendencia batasuna a la hegemonía es congénita. Asiron se ha molestado mucho -hasta la transparencia tiene un límite- con el vocerío público de los concejales quejosos: ni dirimir diferencias en el terreno mediático ni ser oposición dentro del gobierno. Como tiene “mucha ilustración” -se lo cantaban hace dos años-, ha descubierto que “hay partidos que no se fían de otros partidos”. Eso es de preparatorio de política. Y ha sacado las tablas de su ley: principios de mayorías, lealtad, seriedad y respeto. Sentado su cumplimiento, disposición a revisar el acuerdo programático y a reorganizar el gobierno municipal. Moisés ante las aguas revueltas. Quebrar la solidez del cambio sería la ruina política del grupo causante. Ahora bien, influir puede ser más efectivo que gestionar. Que otros asuman responsabilidades ejecutivas y corregirlas camino del Pleno. Donde los pequeños se hacen grandes. Es lo mejor cuando el tamaño doblega a la armonía.