Una sala amplia y luminosa, con paredes de cristal, una fuente y maceteros con plantas de especies desconocidas. Una docena de chicas y chicos de 14 años sentados en círculo en el suelo sobre mullidos cojines miran atentos a la enorme pantalla esférica que levita en medio del grupo. Escuchan la voz que proyecta.
-Años 50 del siglo XX, hace casi un siglo.
-Otra vez Historia, menudo rollo?
-Ayer vimos cómo hombres del pasado imaginaron que sería Los Ángeles en 2019, qué tipo de sociedad y de relaciones existirían, y os gustó.
-Blade Runner está muy bien, ¡pero eso es cine! ¡Es una película!
-Un pequeño territorio al sur de Europa. Un grupo de jóvenes se unen y cogen las armas para luchar contra una dictadura. Piden libertad.
-Ahora nos vas a poner al cantautor aquel? Silvio Rodríguez. O cómo era el otro? Lluís Llach.
-No. Estos combatían con palabras. Os voy a mostrar testimonios de aquellos chicos, ya mayores, explicando por qué dispararon y pusieron bombas a centenares de personas. Después escucharéis a personas a las que les mataron a un padre, una hija o un hermano. Y al final, a las madres y las parejas de aquellos jóvenes, de los que fueron a la cárcel y de los que mató o torturó la Policía.
-¡Hoy el máster ha venido fuerte! ¿Y cuántos años lucharon contra la dictadura?
-El dictador murió en 1975. El régimen coleó unos años más. Los atentados continuaron hasta 2010.
-¿Por qué?
-Consideraban que su pueblo seguía oprimido por el Estado.
-¿Y por qué no sustituyeron armas por política?
-Es lo que deberían haber hecho.
-¿A quién mataban?
-Primero a militares, policías, guardias civiles? Después a jueces, periodistas, empresarios?
-¿A todo el mundo?
-A muchos que no pensaban como ellos. Y a los que pasaban por allí, a veces también. En 2018 se disolvió.
-¿Seguro que no es una película?