A veces repasas la actualidad y descubres que entre miserias e injusticias asoman historias mínimas hechas de otro material. Y como no quieres pensar en Casado, Rivera y Abascal charlando en el sofá de Bertín y cocinando apaciblemente a lo largo de una hora de prime time a 23 días de las elecciones generales, las buscas con toda tu alma. En Nebraska una mujer de 61 años ha dado a luz a su nieto. Aunque cuesta sorprenderse ya con los escenarios que abren la ciencia reproductiva y la gestación subrogada, me ha llamado la atención. Por parte de esta señora ha sido un puro acto de amor hacia su hijo. Él aportó el esperma, la hermana de su marido el óvulo y uno de los especialista en fertilidad a los que consultaron, la idea de que esto podía ser viable. Así que, tras haber dado a luz a tres hijos, Cecile pasó por su cuarto embarazo en una etapa vital y biológica en la que pensar en un parto suele concretarse en ver fotos antiguas. Si una pareja de hombres quiere tener un hijo, existe la adopción. Si quiere que ese hijo sea biológico, el vientre de alquiler. Donde la ley lo permita. No hay más. Me maravilla pensar que el cuerpo de una mujer sea capaz de generar este milagro a los 61 años, que los nueve meses transcurrieran sin excesivas complicaciones y que este clan haya tenido la convicción, la fe y la testarudez suficientes para impulsar sus deseos. El resultado se llama Uma. En su pueblo de Nebraska, corazón geográfico de Estados Unidos con el matrimonio gay legalizado desde 2015, han recibido más apoyo que críticas. El amor nos salva de todo, hasta de nosotros mismos. ¿Qué estarán preparando esos tres? Casado, un cocido maragato, Rivera, una paellita y Abascal, como ya lleva lanzallamas, podría cerrar con una buena queimada. No podemos dejarles entrar en la cocina.
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