ueno, cuando esto amaine y lloremos a los que se fueron antes de tiempo en una cantidad bastante elevada como para no minimizarla, cuando sepamos todas las verdades que nos cuenten o las que logremos averiguar, será el momento de que cada cual asuma su parte de responsabilidad, especialmente política, sobre las no decisiones tomadas hasta el 12 de marzo, aunque sea obvio que a toro pasado todos somos Manolete. Y sobre las decisiones tomadas a partir de esa fecha, especialmente las que hacen referencia a paralizar sectores sí y sectores no, a confinar a personas sí y personas no o decisiones sanitarias. Habrá que hacerlo, al margen de las creencias políticas de cada cual, sin que, yo al menos, tenga mucha duda de que con casi cualquier gobierno las decisiones hubiesen sido muy parecidas. En Madrid y aquí. En Madrid, con 513 casos confirmados el 7 de marzo a las siete de la tarde, si decides cerrar la mitad del país ese día los mismos partidos políticos que ahora braman te hubiesen crucificado. En aquel momento, claro. Distinto es el ciudadano -había bastantes en redes pidiéndolo, es cierto, aunque quizá no tenían bares ni negocios a su cargo, porque esa es otra: el sector en el que se mueve cada uno cuando pide medidas-, pero a nivel político nadie pidió gran cosa, ni pequeña cosa. Pero habrá que mirar con lupa todo, al igual que las cifras. En marzo de 2019 fallecieron en España 40.000 personas, de las que 30.000 eran mayores de 70 años y 23.000 mayores de 80. Habrá que ver este año. Y abril. Y habrá que ver qué sanidad queremos, tras años de racanear en los presupuestos. Hay una inmensa cantidad de cosas que habrá que mirar. Ahora hay que protegerse y dejar que se salven vidas. Y agradecer, al menos en Navarra, que la oposición tanto en el Parlamento como en ayuntamientos no esté metiendo ruido, aunque pudiesen. Como ciudadano, se agradece. Habrá tiempo.