quella elegante mujer, hija de un depredador financiero, había aprendido muy bien el oficio. Tal es así que era capaz de ganar 17.800 € diarios. Como lo leen. Y así un año tras otro. Porque Patricia Botín, presidenta del Santander, hacía honor a su apellido. Por ejemplo, si se acostaba a las 12 de la noche y se levantaba a las 7 de la mañana, mientras dormía, o soñaba, o vaya usted a saber, se hacía con un botín de 2.542 euros por noche. Carlos Torres es presidente del BBVA. Dice que le sobran 3.000 empleados de su banco con el mismo cinismo con el que gana 2.300.000 euros al año. O si lo prefieren, 191.666 euros al mes. Aun así, dice que siente un vacío hasta los bordes. Pero si la jugada le sale bien, lo de mandar al paro a esos miles de operarios, ganará seis millones. No sé si conocen a un tal Goirigolzarri. Por el apellido les digo que anda cerca. Preside Caixabank. Gana 1,65 millones de euros al año y es devoto de Santa Codicia. El otro día, después de meterse una ración de carabineros, se le ocurrió un ERE que llevará al paro a 8.291 empleados de Caixabank. No obstante, dice que duerme bien, que no le pesa la conciencia. Por eso le llamé. Para confirmarlo. Y me dijo que sí, que vivía tranquilo y que con esos despidos pagaría los costes de la fusión con Bankia, el banco estrella de la corrupción y el saqueo de aquella no lejana crisis bancaria de 2008.

Recuerden que estos grandes bancos, alardeando de un españolismo bastardo durante la crisis financiera, pidieron ayudas públicas. Y obtuvieron 65.000 millones en concepto de rescate. Para seguir usando y abusando de la usura. Han devuelto, dicen, 14.000 millones. Ahora, sin cortarse un pelo, quieren mandar a casa a 18.000 empleados.

Pensando en esto se me ocurrió llamar a Securitas Direct. Para ver si vendían alarmas contra estas bandas tan bien organizadas. Me acusaron de alarmista.