el 3 de diciembre, el Día de San Francisco Javier, el de Navarra y el del Euskera, será este año, además, día de recogida de notas. Ese día darán a conocer los resultados del último examen PISA, una prueba diagnóstica que realiza la OCDE cada tres años a estudiantes de 15 años de todo el mundo para evaluar, principalmente, tres competencias: Lectura, Matemáticas y Ciencias Naturales.

Como siempre alucinaremos con los resultados de Finlandia y nos preguntaremos qué hacen para conseguirlo. Aitzol Lasa, matemático, profesor del UPNA y escritor habla claramente de ésto en su libro Zirkulu polarraren koadratura. En una entrevista sobre este tema en Euskalerria Irratia explicaba la diferencia entre Finlandia y nuestra realidad de manera muy gráfica: los finlandeses tienen la conciencia de ser un país pobre y trabajan aunando esfuerzos para ser más eficientes. En educación, por ejemplo, crean programas educativos, como el llamado KIVA, que sirve para prevenir y solucionar problemas de acoso escolar. Lo usan con éxito en sus escuelas y además lo venden, lo exportan a todo el mundo. Ganan prestigio y dinero. Por el contrario, ¿qué hacemos aquí con un programa educativo que va a recibir un premio internacional otorgado por la UNESCO? Pues que dejamos que el sector más ultra y carca de esta sociedad lo eche por tierra, lo pisotee y criminalice a los y las profesionales que lo crearon llevándolos ante los tribunales, al tiempo que el consejero de Educación decapita a sus responsables en el Departamento de Educación y paraliza su implantación en los centros que lo están esperando.

Señora Chivite, mientras usted y el señor Gimeno recogen el premio en París, piense, por favor, en todas estas incoherencias, que así nos va.