cabo de escuchar a Pablo Foncillas, directivo, consultor de marketing perfil MBA del IESE Business School y conferenciante. Uno de esos analistas de mercados que en un mensaje de 3 minutos 30 segundos te pautan tus próximos 3 años de vida cuando tú no eres capaz de planear tus próximos 3 días. Imagino que basándose en un estudio de modelos económicos tras situaciones de crisis que han ido sucediéndose a lo largo de la Historia, anticipa dos escenarios para Lo Siguiente. En el peor, la recuperación económica se ubicará a finales de 2023. En el mejor, el próximo invierno. Mientras el devenir del presente con este goteo de días demasiado parecidos entre sí hace real una de esas dos prospecciones o instaura una tercera, lo único cristalino es que la nueva realidad postCOVID-19 estará condicionada por la duración de este confinamiento y su nivel de rigidez. Si las empresas pequeñas y medianas que están ahora paralizadas en ERTE y ERE estuvieran arraigadas en Dinamarca recibirían del Estado un 75% del salario de sus empleados a cambio de mantenerlos en nómina. Como no es el caso, tendrán que aprender a leer en el humo de estos días las señales que vamos enviando, qué demandamos, en qué gastamos. En un mes nos hemos replegado al consumo imprescindible, alimentos, medicamentos, alcohol, juegos, contenidos on line, mantas de sofá y mallas, pero es difícil que mantengamos esta pauta cuando desemboquemos en otra realidad, la que sea. Por si acaso nos da por modificar de verdad nuestros patrones de consumo, gigantes del low cost como H&M, Uniqlo, Zara y Mango ya van allanándonos el camino con la apisonadora de sus descuentos hasta del 60%. Y el equipo de marketing de Amancio Ortega, que son a la mercadotecnia lo que el lince a la especie animal, han separado entre sí las cuatro letras que componen el logo de ZARA para sumarse al código imprescindible de mantener distancias. Si el capitalismo ha resistido guerras mundiales, nazismo y fascismos, comunismo€ va a ser difícil que caiga ante un virus, por muy global que sea. Ojalá me equivoque.