sta tarde el Ayuntamiento de Pamplona se va a llevar por delante los Servicios de Acción Preventiva Comunitaria que vienen trabajando desde hace más de veinte años con niñas, niños y jóvenes pamploneses, muchos de ellos en situación vulnerable. Navarra + lo propone y Maite Esporrín lo aplaude.

Van a desmantelar esta red de profesionales y cientos de voluntarios de ocho asociaciones, para poner en marcha algo directamente controlado desde el Ayuntamiento. Si lo que quieren es que el servicio funcione mejor, podrían reforzarlo con personal técnico y mayor dotación presupuestaria, por ejemplo. El problema de la gestión también se podría solventar buscando una fórmula adecuada. Soluciones hay, pero parece que tienen más sensibilidad con los hierros de la pasarela del Labrit que con estas redes comunitarias. Es evidente que todo eso que argumentan no es el auténtico problema. No quieren aprovechar el tesoro que supone para cualquier sociedad tener cientos de personas dispuestas a colaborar desinteresadamente y toda su experiencia acumulada, porque lo que realmente no le gusta a la derecha es que existan movimientos solidarios y comunidades paralelas a las suyas, que defienden otros valores.

Otro detalle: el nombre. La euskarafobia obsesiva y el complejo de inferioridad les ha llevado a buscar un nombre moderno, o sea en inglés, para el nuevo programa, y han optado por Coworkids, que ya estaba registrado por el Ayuntamiento de Logroño.

Y lo peor de todo es que una vez más Maite Esporrín compra la idea. Lo de esta mujer no sé si es ingenuidad extrema, postureo puro o despiste monumental. María dile algo, por favor.