PN (con el chaleco de Navarra Suma para hacerse más visible en escaños) trata de relatar la memoria histórica del 36 mientras le falla la memoria reciente. Hoy, "gente de UPN" (expresión de Esparza) en la madrileña plaza de Colón. Contra los anunciados indultos a condenados por el procés. Manifestantes. Firmas. España, bien atada. El proyecto de soberanismo ha fracasado en el intento armado de ETA, en el procedimiento institucional del plan Ibarretxe y en la agitación social y el fugaz pronunciamiento parlamentario de Catalunya. España: una, grande y opresora de aspiraciones secesionistas en su entramado constitucional. Los contrarios a estos indultos fueron, cuando menos, condescendientes con los concedidos a condenados por el 23-F (intento armado de golpe de Estado, con secuestro del Gobierno y del Congreso) y a condenados por el GAL (terrorismo de Estado). Condescendientes, por usar una expresión neutra. Desde Navarra resulta curiosa esa devoción por la evaluación de la voluntad popular. Prueba: la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución, que regula los mecanismos parlamentarios y ciudadanos para la incorporación de Navarra a Euskadi. Cuando UPN-PP pudieron activarla, superar en votos el trámite parlamentario exigido y convocar el preceptivo referéndum foral, lo evitaron. Ni les gusta esa Disposición -origen del nacimiento de UPN- ni les gustaría saber el número de navarros partidarios de la integración o de alguna fórmula de asociación preferente. Un intento de esto último -Órgano Común Permanente (junio 1996)- animó a UPN a sacar trapos sucios del PSN (cuenta en Suiza) y cargarse el tripartito PSN-CDN-EA. Ni UPN ni HB eran partidarios del Órgano por razones antitéticas. Sería de recibo que UPN, PPN, Cs y PSN preguntaran a los ciudadanos navarros si quieren que la petición de supresión de la Cuarta sea llevada a una hipotética reforma de la Carta Magna. Si renuncian a un derecho constitucional. Por concordia.