Cada semana tiene sus incidencias, esas cosas que aparecen en el transcurso de los días y que repercuten en ellos alterándolos. Léase, te levantas un viernes tan tranquila y a media mañana te convocan elecciones. Luego están los sucesos que generan efectos de menor relevancia social, las pequeñas noticias que a veces nos dejan con la boca abierta.

Ahí entran los tipos que tuvieron la brillante idea de desmontar y llevarse las vigas metálicas de un cartel informativo de tráfico colocado a la entrada de Funes, con la intención de utilizarlas por toda la cara para unas obras en su casa. No muy lejos debe andar otro imputado, éste por hacerse pasar por médico, pero me llaman más la atención sus clientes, enfermos incluso de epilepsia y esterilidad, capaces de creer en su curación con cremitas y en un diagnóstico basado en meter los pies en agua y ver el color que tomaba. Sin palabras?

Dejo lo mejor para el final. El tenso enfrentamiento entre policías forales y guardias civiles con motivo de un percance de circulación en el túnel de Almandoz. Unos abrieron diligencias al camión cargado de pacas de paja que golpearon la luminaria del túnel, los otros a un coche afectado por el siniestro y ambos cuerpos se disputaron agriamente la competencia del asunto. De nuevo, sin palabras.