La alta tasa de incidencia del covid en Navarra, con cierta tendencia a la estabilización dadas las severas restricciones y limitaciones impuestas, se topó el jueves con 449 nuevos contagios, es decir, un exagerado 14% de las pruebas dieron positivas. Pese a movernos por este tablero en un durísimo juego, a algunos les da por no hacer puñetero caso de las normas y se meten a celebrar hasta 87 personas, 44 niños en un local cuyo aforo es de 28. Valga el caso como ejemplo radical de la última tendencia en estúpida desobediencia: dejemos el botellón y vayamos a juerguearnos en tropel a recintos privados. Hasta el Arzobispado ha tenido que pedir que en los banquetes posteriores a bodas, bautizos y comuniones participen sólo los familiares convivientes... Mientras, en un mes se ha duplicado el número de docentes de baja en la red pública, los chavales de Educación Infantil están hartos de llevar mascarilla durante los recreos en el patio, los padres de estudiantes de Primaria piden que, en caso de un alumno positivo, sólo permanezca confinado el infectado y no todo el aula y el departamento recuerda a los escolares que no deben ir a clase si quienes cohabitan con ellos están a la espera de una PCR. Está claro que en esta dramática partida, no todos jugamos con las mismas fichas.