Hay partidos a los que no les gusta oír la voz del pueblo y que les importa bien poco que haya o no médicos motivados en Isaba atendiendo a abuelos de 90 años. Políticos que prefieren seguir montados en coches oficiales o en la alta velocidad que les lleva a Madrid para trabajar al dictado. Eso sí lo acatan. El Parlamento aprobó en junio de 2012, con los votos a favor de UPN, PSN, NaBai, PPN e I-E la ley foral que modifica la Ley 3/1985 y regula dos iniciativas legislativas: una popular y otra de los ayuntamientos de Navarra. El mismo partido que avaló en su día este mecanismo democrático de participación de la ciudadanía echa ahora por tierra el trabajo de toda una Merindad, la de Sangüesa, que ha recabado el apoyo de 170 pueblos y ha llegado hasta el Parlamento tras quince meses de intenso trabajo. La abstención del PSN ha impedido que prospere la proposición de ley que define unos mínimos en materia sanitaria, adaptados a las necesidades de las zonas rurales y pensados para no despoblar y dignificar zonas en claro declive como el Pirineo. Comarcas de poca población, envejecidas y de orografía compleja. La propuesta fue defendida por la concejal de Roncal Amparo Viñuales. Ni siquiera implicaba mayor gasto ya que es ahorro resolver casos que no son derivados ni a hospitales ni a atención especializada con medidas como la telemedicina. Se hablaba de listas de sustituciones, servicios de urgencia y de acercar especialidades médicas como ginecología, rehabilitación o salud mental. Desde el jueves a nadie le tiene que extrañar que Amparo sea la parlamentaria 51. Es la primera vez que un representante elegido por las corporaciones locales defiende una ILM en el salón de plenos, y ni siquiera se le abre la posibilidad de debatir la iniciativa y buscar entre tod@s soluciones. ¿Quién tomó esta decisión en la dirección del PSN? Rubalcaba no. El PSN vuelve a tratar de recuperar su papel de aliado útil de la derecha que aspira a ser y, de paso, frenar iniciativas de entidades locales donde haya siglas que no les gusta, las que trabajan a pie de calle. Pueblos que no controlan.