La vieja estación de autobuses de Pamplona ya tiene un alter ego como mercado alternativo. El autobús de la economía solidaria (REAS como motor) se coló por sus puertas este fin de semana y más de 60 expositores nos recordaban que otro modelo de consumo y de producción es posible. En esta feria vintage se vendieron productos y servicios que no entran por los ojos sino por la razón y la justicia porque aplican criterios éticos, solidarios, ecológicos y democráticos. En torno a este mercado se mueve mucha más gente de la que creemos, gente que piensa en la gente, en la producción local, en el medioambiente... Huevos y filetes criados con piensos naturales, los míticos panes de centeno de Lakabe o el clásico café del comercio justo se hicieron hueco junto con artesanos de la madera, cooperativistas de seguros éticos, los que conectan necesidades a través del banco del tiempo, albergues de turismo responsable o empresas de limpiezas ecológicas. "Si compramos un producto de aquí, mantenemos el empleo aquí", reconocía una socia de Landare. Y si todos estos agentes del cambio trabajan en la banca ética, las energías renovables el mobiliario del cartón o el reciclaje de Traperos cómo no pensar en poder darle un meneo importante al viejo recinto, con una rehabilitación mínima y original, y asentar este mercado en el centro de la ciudad. Nos cuesta entrar en esa coherencia de ropa limpia, comida ecológica y estilo de vida sostenible pero nos convencen poco a poco. Abramos puertas. La asociación estatal Redes de Mercado Social (konsumoresponsable.coop) nació el pasado febrero aglutinando a organizaciones que suman más de 50.000 socias, 10.000 trabajadoras y 1.500 entidades organizadas alrededor de la economía solidaria. Los que ayer pensábamos que eran cuatro perroflautas. Lo que ayer era utópico, hoy es una realidad, asevera el gran politólogo Boaventura de Sousa Santos, y añade: "No necesitamos alternativas en el mundo, hay muchísimas alternativas. Lo que necesitamos es un pensamiento alternativo de las alternativas".