Síguenos en redes sociales:

UPN y PSN: paz en cuarentena

quien crea que con la elección de los candidatos las aguas han vuelto a su cauce en UPN y el PSN vive en la inopia, pues ambos procesos no solo no han cerrado las heridas de la división sino que han vertido sal sobre ellas. Sobremanera en UPN, ya que más le vale a Esparza aminorar el previsible sopapo de las urnas hasta acercarse a los 15 escaños -hoy 19, mientras el Navarrómetro le augura 8- si no quiere que salten sobre sí quienes le esperan subidos a la tapia con el cuchillo entre los dientes. Aun preservando los 91.163 sufragios de 1995, desde los 111.474 de 2011 -UPN supera los 100.000 desde 1999-, Esparza tendría dificultades para hacerse después con la presidencia de UPN, el verdadero objetivo de quienes ambicionan la erradicación de cualquier vestigio de barcinismo, salvo que el desalojo del Gobierno pueda explicarse también por la debacle al alimón del PP y del PSN. Un escenario tan factible para el socialismo como que ninguna estimación de voto le asigna más de 6 parlamentarios, cuando en 2007 fueron el doble, por 9 hace tres años. Si la demoscopia no vaticina nada bueno para Chivite, menos que en la referencial agrupación de Pamplona su candidato haya sucumbido en las primarias consagrando a Esporrín como un contrapoder. En todo caso, la próxima elección por asentimiento como secretaria general le otorgará a Chivite una tregua interna de seis meses, si bien tan cierto resulta que el sector que perdió la pugna por la candidatura a la presidencia foral con el 42% de los votos no le va a incordiar en exceso como que exigirá un congreso extraordinario inmediato si el PSN se queda tras los comicios fuera de juego, por poderse configurar una alternativa sin su concurso y no servir ya al sostenimiento de UPN. A estas penalidades se enfrentan Esparza y Chivite, unidos en el fatal destino de heredar el tóxico legado de Barcina y Jiménez. La otrora extraña pareja, que seguirá las hostilidades electorales desde la segunda línea de fuego -ella atrincherada en el rectorado de UPN y él a cubierto en la ejecutiva del PSOE- para que la sangre les salpique a otros. En concreto, a sus deudos.