Mariano el despreciado
Anda el PP haciendo muchas cábalas electorales tras la amarga factura que le han pasado las urnas en Andalucía. Los gurús demoscópicos del partido recomiendan encarecidamente al presidente Mariano Rajoy que salga a la calle, conecte con la ciudadanía e intente explicar sus logros de los tres últimos años para recuperar el pulso de cara a las futuras citas electorales (qué habrá estado haciendo durante el último trienio, me pregunto, porque desde luego empatizar con sus conciudadanos no se le ha visto mucho....). Pues dicho y hecho. Ayer mismo -último día que la ley le permite protagonizar inauguraciones- despliegue mediático presidencial (sin preguntas de la prensa, eso sí) con tres actos públicos en una mañana para intentar lavar la imagen a un dirigente demasiado encerrado en La Moncloa, con una fuerte carga de antipatía y lastrado por el sanbenito de ser el paladín de la inacción política. El más ilustre de los registradores de la propiedad mantiene su hoja de ruta de fiarlo todo a la recuperación económica -que la calle no nota- y al mensaje del miedo -léase inestabilidad institucional- para salir airoso en los próximos compromisos electorales. Pero en el partido se le están empezando a subir a las barbas. El disgusto y el desánimo están brotando con fuerza entre muchos de los barones (no sólo en la siempre díscola Esperanza) y en la mayoría de las CCAA, que perciben que su valoración y su haber político son más altos que la marca del partido y, desde luego, de su líder. Un líder cuya presencia en las campañas es despreciada sin tapujos, visto lo visto en Andalucía, ya que puede restar más que sumar. El PP se juega en mayo su supremacía territorial y su líder está tocado (con un índice de popularidad del 2,2, histórico), con escaso tiempo para remontar, con una estrategia de comunicación errática y con otro inesperado rival, Ciudadanos, que sí maneja con soltura estos resortes. La ausencia de autocrítica es imperdonable, Y su proverbial optimismo no vende ya ni entre muchos de sus barones. Que lo marginarán de aquí al 24-M.