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El Gobierno imprescindible

cinco semanas escasas restan para unas elecciones vitales, pues definirán cómo se sobrepone Navarra a la doble crisis económica y gubernamental para dotarse de un modelo de y con futuro. Sin sucumbir a mensajes apocalípticos que conciben al electorado como menor de edad, y desde el presupuesto de que esta pieza es un análisis político y no una soflama partidaria, se trata de apelar a un voto reflexivo que tenga a la cohesión social como reto supremo. Un objetivo que requiere antes que nada del rescate de las víctimas tanto de la precarización laboral como del desamparo institucional y que sólo podrá procurarlo un Gobierno ajeno a la oligarquía dominante y cuyas prioridades se correspondan con las de la ciudadanía alarmada ante la devaluación de prestaciones básicas en materia sanitaria, educativa o asistencial. Tal ejercicio de realismo exige un replanteamiento de las inversiones en marcha, para retrasar o incluso suspender las menos perentorias, y un compromiso de transparencia en adjudicaciones y subvenciones refractario a toda tentación sectaria o clientelar. También en el ámbito cultural tras lustros de irresponsable división entre navarros buenos y malos, como si el ideal fuera la homogeneización ideológica y unos y otros no pagasen impuestos por igual. Precisamente en nombre de la equidad, urge una reforma fiscal para una tributación más progresiva -e inflexible con el fraude-, pilar de una nueva política económica que, sin menoscabo de la atención a la multinacional, estimule a la pequeña empresa y al emprendedor con inversiones productivas generadoras de valor añadido. Porque Navarra debe erigirse como tierra fecunda en oportunidades, con el autogobierno al servicio de la gente corriente y desde el predominio del mérito y la capacidad. Principios a los que tendrá que sujetarse el nuevo Ejecutivo, a partir de una honradez a prueba del más férreo código ético como premisa de la imprescindible estabilidad. Todo lo anterior se dirime en los próximos comicios y del voto de cada uno de nosotros en este escenario político tan fragmentado depende que resulte más o menos posible.