El rincón de pensar del PSN
El PSN se limitará a formular aportaciones programáticas para el cambio, sin mojarse en el Gobierno que lo promueve. Víctima de la tiritona electoral que le mantiene en convulsión como quinta fuerza parlamentaria y en el subsuelo en cuanto a votos al extraviar el 40% desde 2007, con aquel agostazo como prólogo y el bipartito con UPN de 2011 más la moción de censura frustrada en 2014 como doble epílogo. Después de que el PSOE devolviera el poder a la derecha foral en 1996, con la vana esperanza de que dejara de zaherirle con la corrupción, el PSN quedó sumido en el complejo respecto al regionalismo y su ideario sometido a la componenda cada vez que había pasta gansa en juego, presionado por los chupópteros profesionales. Por tanto, el cambio por llegar al PSN es antes que nada de cultura política y precisa de ese revestimiento ideológico que le permita reactivar un sufragio hoy puramente vegetativo, con casi nula reposición entre los electores de nuevo cuño. Pues no hay coherencia sin sujetarse a los principios, lo que obliga a pactar sólo en función de los contenidos, la única vía para que el PSN encarne una alternativa de Gobierno desde la configuración de una oferta diferenciada y autónoma ahora que va a compartir la oposición con UPN y PP. Bien entendido que, si la ubicación física se torna en enjuague y hasta en frente político, quedará abocado a la irrelevancia para los restos. La humildad con la que Chivite ha asumido el revés electoral, rehusando la oferta venenosa de UPN para liderar un Ejecutivo de estricta resistencia numantina, debe empapar la organización en aras a la cohesión interna sobre la que edificar un socialismo creíble. Haciendo de la necesidad virtud, el PSN tiene la oportunidad de rehabilitarse sin revanchismos, superando esas fobias personales que han emponzoñado en todos sus estratos un partido necesitado de las cabezas más potentes, también para generar esa ilusión con la que incorporar perfiles cualificados. Si la degradación tocó a su fin el 24 de mayo, no todo estará perdido para el PSN, cuyo mayor activo son sus 45.000 irreductibles votantes.