El tipo me pareció sospechoso desde el primer momento. Allí estaba, hace dos domingos, en la cumbre del Petrechema, una cima que con el sol de otoño parecía más Itaroa en hora punta que un 2.000 del Pirineo. Había un poco de todo. Una cuadrilla de bilbaínos, que decían haber hecho tres montes; cuatro jubilados franceses; un licenciado en Sociología; un fontanero de la Rotxapea; un trompetista de una txaranga; una excursión de la Ribera... Hasta un señor de Murcia. Y ahí estaba aquel hombre. Sentado junto al punto geodésico, con su mandarina. Ahora que lo pienso, eso es lo que me llamó la atención. Que en vez de estar escribiendo mensajes en el WhatsApp, revisando el track del GPS o grabando con su GoPro en la cabeza, el tipo estaba tan tranquilo, sentado en la cima, pelando su mandarina. El muy jodido incluso levantaba alguna vez la vista, respiraba hondo y dejaba perder su mirada en el horizonte. ¿Qué estaría tramando? ¿Qué pasaría por su cabeza? No pude contener la curiosidad y crucé mi mirada con la suya. El elemento rompió el hielo y me preguntó: “Quelle heure est il?” ¡Uf! Aún peor de lo esperado. Con las vistas de Pau al fondo, con esa frase, el sujeto venía a decirme algo así como que se pasaba el inglés por donde se hace el nudo del ocho en el arnés... Y aún fue a más. Mientras alrededor llovían los selfies al borde del precipicio de Ansabere, este veterano montañero aún me dejó más estupefacto. Yo no podía entender cómo coincidiendo con la Behobia no estaba corriendo a 30 grados por el asfalto con música discotequera de fondo. Al parecer no hacía running. Lo han oído bien, ¡No era runner! Increíble. Pero era verdad, porque cuando se levantó, con su raída mochila enfilando la pala hacia abajo, nuestro amigo empezó a caminar lentamente mirando el paisaje y sin disfrutar del montain trail (“machacarse las articulaciones y los tendones corriendo por el monte mirando al suelo”, para quien no tenga el C 1). Un disparate. Y es que lo de la mandarina ya me mosqueó desde el principio. La intuición no me falla. Vaya tipo más raro.