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Cambio en el cambio

Fútbol ser fútbol. Y política ser política. Esto segundo no lo decía Boskov, pero lo podría haber firmado. La principal diferencia es que mientras en fútbol una victoria es una victoria, un empate es un empate y una derrota es una derrota, cuando se analizan los resultados electorales es sabido que todos ganan. O nadie pierde. Aunque en estas elecciones generales -en clave autonómica- todos o casi todos han perdido. Bueno, salvo Podemos, que ha remontado en la segunda parte gracias a sus figuras mediáticas y a la piedra filosofal del “derecho a la autodeterminación”. Su éxito les ha dejado casi en fuera de juego a ellos mismos. La cara de sorpresa y emoción el 20-D de Eduardo Santos, que ha tenido que salir del banquillo casi sin calentar, era significativa. Por cierto, los ojeadores dicen que hay que seguir a este canterano, que apunta maneras. A ver cómo se defiende en la liga española, ya que está por ver si se atreven a jugar a la escocesa, es decir, con referéndum y todo. El resto, mejor que se lo miraran un poco. La euforia en la grada de UPN mirando la viga en el ojo nacionalista ajeno les puede servir de consuelo y dar un titular, pero si se encomiendan a esa lectura oportunista no recuperarán el liderato en los próximos comicios autonómicos. Su pacto con el primo de Zumosol estatal ha maquillado algo su caída, pero tiene a Ciudadanos acechando. El PSN, en la mitad de la tabla. Como en sus días el Oviedo... Ni fu ni fa. En el otro lado de la barrera Bildu ha sido el más autocrítico y realista. El diagnóstico precoz es clave e intuyen una fuga del voto joven y rebelde hacia el morado. Y es que la campaña de los partidos más ligados al Gobierno ha sido fría. De lobos solitarios. Sin sudar la camiseta... Es cierto que el campo de juego estatal era difícil y que en cómputo global las fuerzas del cambio mantienen posiciones, pero también lo es que el orden de factores sí altera el producto. Hay un cambio en el cambio. El epicentro se ha movido hacia la izquierda. Quedan 3 años y mucho partido por delante. Pero, como decía el también entrenador Pedro Mª Zabalza: “Cuando nos confiamos somos muy malos”...