El robo del siglo. La que se ha liado esta semana con la desaparición de los instrumentos de la txaranga Jarauta 69 de su bajera. El whatsapp llegó por mil sitios en tiempo récord. Todo un experimento sociológico que demuestra dos cosas: la potencialidad viral de las redes sociales y que los de la Jarauta son tipos muy populares en la aldea global de Iruña. En la real y en la virtual. Si no los conociéramos, cualquiera pudiera sospechar que ha sido una campaña orquestada por su representante para colarse en la agenda informativa en vísperas de las candidaturas a los premios Príncipe de Viana y ganar puntos para tirar el txupinazo. O pensaríamos que ha sido una jugada maestra del comunnity mánager del grupo perfectamente pensada para vincular varias plataformas: WhatsApp, Facebook, Twitter, prensa digital... Solo hubiera faltado un hastag del estilo #salvadlatrompetadepalomino... Lo que está claro es que Asiron debe volcar a todos los efectivos de la Policía Municipal para poner a los ladrones a disposición de la justicia... No será fácil porque Manolo Escobar aún anda buscando su carro... No está en juego recuperar un saxofón, una trompeta, un bombardino y un bangio. Es algo más. Urge rearmar una banda fundamental en el paisaje festivo de la ciudad. Y no hay mucho tiempo. Las fiestas de San Jorge están a la vuelta de la esquina y son la primera cita de la gira anual del dream team de las txarangas. Luego llegarán el Nafarroaren Eguna; fiestas de Burgi, San Fermín, San Lorenzo (una calle que viene a ser a la Jarauta como el Nou Camp al Barça) y el Oinez. Hay que decirlo sin que se mosquee Faustino... La Jarauta sin bangio perdería personalidad, pero sin el Messi de la trompeta; el Piqué del bombardino y el senador del saxofón bajaría a 2ª división. Y menos mal que aún tienen el bombo. No el instrumento de percusión, sino la figura que representa la distinción que les dio en 2009 la peña Jarana y que, a pesar de ser de oro, no ha desaparecido en el hurto. Lo que avala la tesis de la agenda oculta del caso... O que para un premio que reciben, no lo valoran ni los cacos...
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