Estas fechas presanfermineras en las que los Borbones 2.0 nos sorprenden con un bolo de los de antes por este Viejo Reyno, que en su día fue independiente, y se renueva -entre el barullo veraniego- algún que otro convenio con la sanidad privada, no puedo menos que acordarme de un ser querido. Supongo que la realpolitik será así, por eso hablo más de recuerdos particulares. De sentimientos. Y de enseñanzas. No puedo olvidar una anécdota. Cuando se dio la primera visita oficial de los reyes a Navarra, allá por los años 80, mientras la policía repartía estopa constitucional a las puertas de Diputación, una directora de una escuela universitaria recibió la invitación de las autoridades del momento para una recepción oficial. Al no confirmar su asistencia, el entonces director general de Educación le llamó para ver si había algún error de protocolo con la coletilla de “no sabía que eras republicana”... La respuesta fue también lógica: “No sabía que los socialistas erais monárquicos”. Conociéndola, tras esta respuesta rápida pero meditada, más que grandes debates sobre monarquía o república/vasca o española, bullía un compromiso por la igualdad social. Y no hay cosa más desigual que alguien nazca ya superior a otro por su apellido. Una implacable enfermedad le frustró -hace dos años- su retirada de una vida “desparramada por distintas causas”, según decía. Por desgracia -como muchas otras personas- murió de cáncer, aunque más bien la mataron los recortes -ya con otro gobierno- que acortaron también su vida por un diagnóstico a destiempo. Pese a ello siguió confiando en la sanidad pública hasta el final. Dejó claro a su familia que en el momento en que su mente no fuera ya dueña de su cuerpo éste no acabaría en manos de cualquier ensayo clínico, por mucho marketing que lo envolviera. Por eso me he acordado estos días de ella. Porque me parecen dos ejemplos de coherencia política y personal hasta las últimas consecuencias. Y también porque madre no hay más que una y aunque ella ya no esté, sus ideas permanecen. Utopías realistas.