No me gustan los años pares. Será una manía pero así es. Y eso que nací en el 70 (una generación que llegó tarde a muchas cosas y pronto a otras, aunque a su manera abrió camino, como con la insumisión) y ahí están el mayo del 68, las Olimpiadas del 92, el cambio de milenio..., pero también la guerra del 36, el 11-M de 2004... Uno tiene la sensación, mirando la hemeroteca, de que este año que termina, el 2016, es uno de esos en los que casi todo sale al revés. Al menos no según lo esperado. En casi todas las secciones del periódico, además. Empezando por atrás, más allá de que el Drogas sigue tocando un siglo más y Ulibarrena resiste, las páginas de Cultura han dicho adiós a monstruos como Leonard Cohen o David Bowie. La melodía del año suena triste. Saltas a Deportes y ves que Osasuna supuso una inyección de subidón rojillo en un junio sanferminero y ahora estamos con un bajón mayor que el 15 de julio. Pasas páginas y llegas a Local. La ciudad está digiriendo el cambio y construyendo un futuro a mejor con paletadas de cal y de arena, pero el calendario no deja ninguno de esos momenticos de euforia, como la constitución del Ayuntamiento de 2015 o la ikurriña en el balcón... No sabría qué foto seleccionar para un calendario. Y luego saltas a las esperanzadoras macrocifras de crecimiento y empleo de Economía, pero con historias humanas que rompen el alma como las de los obreros de Faurecia o TRW que tienen que colgar botas y buzos. Te asomas a la sección de Política y aquí sí que es mejor mirar para casa porque si te das una vuelta por el mundo... El planeta se desangra entre atentados, violencia de género, cambio climático y refugiados sin patria. Colombia apostó por la paz y ganó la venganza. El brexit salió rana. Trump, sapo. Fidel se fue. Obama también. Rajoy se quedó y no le deja a ETA ni los tantos de txikita del desarme. ¡Uf! Casi mejor acercarse a las páginas de Sociedad en las que se asoman cada día personas que intentan hacer, grano a grano de arena, un mundo mejor pensando en los demás. Héroes anóminos/as que ojalá que en 2017 nos den muchas portadas llenas de sonrisas. ¡Salud eta Urte Berri On!
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