Atrás han quedado los tiempos en los que convenía tener en el entorno familiar un médico, un abogado y un mecánico, por decir algo. O si se quiere, lo mismo en femenino, no vamos a reñir por el enfoque de género. Vamos, esas profesiones que te sacan de un apuro sin tener que gastar un duro. Ahora lo que se lleva es otro tridente: un “fisio” para el cuerpo, un “psico” para el alma y un “meteo” para las cosas importantes de la vida: el tiempo. Esto último es lo único que sale gratis, porque los otros dos son de “ta-ca-tá”. Antes te retorcías un tobillo y te daban unas muletas y la baja. Se te cargaba la espalda y te echabas una siesta... Ahora, ¿quién no tiene un fisioterapeuta de cabecera? Para estar a la moda hay que tener uno en la agenda de contactos. Dicho esto con todo el respeto a la profesión. Como a estas otras. Porque luego está el alma. El masajista de los sentimientos. Desde pisicólogos a psiquiatras pasando por homeópatas de diván... Vamos alguien que nos escuche y nos diga lo que tenemos que hacer o tomar. Que nos solucione problemas de trabajo, de pareja... Muchas veces sin pararnos a pensar que quizá no hemos hecho el ejercicio previo de escucharnos a nosotros mismos y echarte una cerveza con los amigos mejor que un comprimido en soledad. Si se hicieran controles antidoping en la calle nos asustaríamos del montón de personas que funcionan a pastillazo limpio. Y finalmente están los meteorólogos. Esos sí que son indispensables... Justo cuando menos depende nuestro futuro de lo que pase con el cielo (antes un agricultor se jugaba una cosecha por una helada) más tiempo dedicamos a saber qué tiempo va a hacer. Basta con ver los telediarios. Pero lo nuevo realmente está en Internet. Hay cientos de supuestos expertos en Meteorología publicando fotos de charcos y nubes desde la ventana de su casa o “retu(i)neando” el mismo parte oficial. Cuando todo el mundo sabe que de lo que de verdad saben los cibermeteorólogos es de política. Bueno de Fueros. ¡Qué jodido está el tiempo..! Por eso aquí hemos sido más de AEMET... Ya hay meteorólogo público. Ongi etorri Pedro.