No es un problema. Es el problema. La desigualdad de género. Porque eso es lo que está debajo de la violencia de género en todas sus expresiones. Surge cuando una parte de la sociedad se siente superior a la otra y con derecho a reducirla de sujeto a objeto. Usarla y tirarla. O tirarla, si no se deja usar... Quizá no saldrá en las encuestas. Catalunya o la corrupción, ahora que no hay terrorismo, se llevan la fama. Pero la lana está aquí. No hay que ir muy lejos. Llevamos semanas asistiendo impactados al juicio sobre la violación de San Fermín y todo su entorno. Veníamos de un crimen contra un chico rumano en Burlada. En esa ocasión, en espera también a que haya sentencia, parece que el hombre supuestamente agraviado eligió ajustar cuentas con la nueva pareja de su exmujer. Meses antes, Blanca -también de Burlada- fue el objetivo principal de otro hombre. Hombres. Siempre hombres que agreden a mujeres. No suele ser al revés. Por eso da la impresión de que las causas son más de fondo. Sociales. Mentales. Que beben de una manera determinada de ver el mundo. Patriarcado le llaman ahora. Machismo, según se ha dicho siempre. La foto subida a Instagram de una víctima hoy es la minifalda de ayer. La misma historia de toda la vida. Por desgracia, en esto no hemos evolucionado lo suficiente. Más bien el fenómeno ha mutado. Y nos interpela a todos. Sobre todo a los hombres. Hombres que miran a otro lado cuando acosan a una compañera de trabajo. Hombres a los que incluso se les pasa por la cabeza un segundo que una encerrona en un portal en plenas fiestas pueda ser una orgía consentida. Hombres que pasan de largo cuando ven una agresión sexista en la calle o cierran los oídos al oír gritos detrás del tabique pensando que eso son cosas domésticas o que los asesinatos machistas son crímenes pasionales. Pero por suerte también hay algunos hombres buenos. Muchos hombres buenos. Que pueden, que podemos y queremos sumar a esta causa común. Y que nos sentimos en ocasiones excluidos de discursos beligerantes sin arrobas. O nos preocupan (Iruñak ez baitu mendekurik nahi, Justizia baizik) imágenes como las de los muñecos del puente. El machismo es cosa de hombres. La igualdad, en gran parte, también. Se debe construir entre todos y todas. Contar con nosotros. Gaur ere bai.