“Follándonos a una entre los 5. Puta pasada de viaje. Hay vídeo... Cabrones os envidio. Esos son los viajes guapos. Jajajaja...”. Eso fue después de la madrugada del 7 de julio de 2016. Antes, en el chat de WhatsApp Veranito, los cinco encausados dejaban clara su preferencia por “follarse (sic) a una buena gorda” entre los cinco y su intención de llevar para el viaje a Pamplona burundanga. No era la primera vez. Al parecer, ya grabaron en vídeo otro abuso sexual a una chica en Córdoba donde existen serios indicios de que utilizaron sustancias por las que la chica (21 años) entró “en un estado de profunda inconsciencia”. “Conduciendo con una mano y cogiendo una teta atrás”, de nuevo su vida en el chat... Más que el acto en sí, socializar las andanzas entre iguales parece más importante. Alardear en las redes sociales entre machitos... En cualquier caso los mensajes de WhatsApp enviados por los acusados antes y después de la agresión no han sido aceptados como pruebas de cargo. En cambio, las entradas y salidas al juzgado del informe de un detective privado contratado por las defensas para investigar la vida de la víctima tras los hechos y la foto colgada en Instagram han dado lamentablemente mucho que hablar. “El mensaje es claro: tú no puedes superarlo, tú tienes que sufrir”, señalaba el manifiesto al que se dio lectura en la concentración de apoyo a la víctima convocada en Madrid el pasado 17 de noviembre frente al Ministerio de Justicia. Juzgar a la víctima después de la violación. Porque no puso resistencia. Porque entró en estado de shock... por cierto un método de autodefensa, como lo definen los psicólogos. Conmoción ante un estado de sumisión, cerrar los ojos y acabar cuanto antes; evitar que te hagan más daño. El forense lo explicaba muy bien durante el juicio. La reacción de las víctimas de agresiones puede ser de tres tipos: reactiva de escapar, pelear o gritar; instintiva adoptando una posición sumisa y un rol pasivo; y una tercera de “colaboración o comprensión” ante el temor de un daño mayor. ¿Era mejor defenderse como lo hizo Nagore? ¿Estaría ahora muerta en ese caso?
“Nos dijo que le daba igual practicar sexo con dos que con cinco y, por tanto, todos sabíamos a lo que íbamos y buscábamos un lugar para hacerlo”, defienden los acusados. “Ella dirigía las prácticas sexuales, y se mostraba activa y participativa”, alegan. Tenía 19 años y marcas de dedos en la cara cuando llegó la Policía Municipal. Su relato es más que claro.
Cuando escucho a alguien decir que cómo se puede “ir” sola con cinco tíos a las tres de la mañana una chica joven, o si se besó o no primero con uno de ellos, les pregunto: “¿Y eso que tiene que ver con someterse a cinco tíos con una superioridad palmaria?”. 96 segundos de vídeo que harán, seguro, justicia, digan lo que digan.